Cuando recibí el fuselaje tal y como lo habían dejado Juan y su socio, la parte de la cola del fuselaje no estaba terminada, y fue una de las primeras tareas que me propuse. Al ser patín de cola, creo que es una de las partes más delicadas del avión. La pieza trasera encargada de sujetar el timón de dirección, tiene un perfil tropezoidal y su perfilado podría ser complejo de no tener la «Combi». Con la combi, conseguir los grados requeridos para darle
esa forma tropezoidal fue fácil y rápido a la vez que preciso. Las planchas de contrachapado de 1,5mm que encofran la cola son muy sencillas de fabricar y poner, aunque lo que sí hay que tener mucho cuidado es en los apoyos de forma curva donde descansa el estabilizador horizontal (foto de la izquierda). Estos apoyos deben perfilarse teniendo en cuenta los grados que indican los planos sobre el ángulo de incidencia que debe tener el estabilizador. Del mismo modo, hay que tener mucho cuidado con la pieza en la que apoya el borde de ataque del estabilizador horizontal para que esté perfectamente alineado y paralelo al eje lateral del avión. En mi caso, he podido ver aviones certificados construidos en fábrica con un error de alineación del 3 y el 4% habiendo diferencias entre punta y punta de los mismos de 2 y 3 centímetros. Esto es fácil de comprobar si un día cualquiera, armado con una cinta métrica, se da una vuelta por cualquier hangar de nuestros campos y comprueba las simetrías de los planos de cualquier avión. Ésta es sin duda una de las maravillas de la construcción amateur, donde el constructor puede empeñarse en obtener la precisión, simetría y pulcritud de construcción de su aeronave hasta límites improbablemente conseguidos por un sistema de fabricación y producción industrial.
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